viernes, 16 de abril de 2010

डिस्को परे... अल देस्पेर्टर.

Al ritmo de EDITH PIAF despierto cada mañana y con una sonrisa recibo la oscuridad del nuevo amanecer...
Acada momento aparece por mi mente, trayendole aquellos bellos recuerdos de mi poco cuerdo compañero de silencio...
Aquel que me hizo lanzar carcajadas durante tantos días y aquel que quise y quiero incondicionalmente..
Le conocí... Y me enamoré profundamente de su ser...
Sentirnos complementos y nuestra única familia por aquellos días...
Acariciarlo, y sentir sus manos sin miedo a nada, sin una pizca de temor a ser vistos...
Adorar la pureza de aquel amor, que solamente quienes son puros de corazón, son capaces de escucharle cantar, y sentir el palpitar de una sinfonía de sonrisas y pura complicidad...
Nos demostramos nuestro amor, nuestra confianza y compañía...
Relación más hermosa que aquella, pude haber tenido... Talvés en otro espacio, y en un mundo en donde pajaros y sirenas conviven y se enamoran mutuamente de la simpleza de las plumas y las escamas...
A él dedico estas palabras... A aquel lúdico personaje que me llevó a conocer lo más bello del ser humano...
Sin querer engañarnos... Tan sólo fuimos...
Fuimos dos párvulos sumidos en un sueño con la ciudad a nuestra disposición... una ciudad fantasma llena de colores, aromas, sonidos y sensaciones que te elevaban y te hacían viajar al compás de danzas celestiales...
Extraño su sonrisa y sus caricias las necesito... Extraño sus palabras...
Le extraño a él.